585. Sólo una ventana

Poema #585

Sólo una ventana

Qué pena
que no llegue el poema
y que el jardín de rosas entreveradas
no esté allí

Qué pena que no haya sido una desazón
y que uno no pueda inventar nada
sino una silla y una aventura
mirando a lo imposible

Rasgaduras, lentitudes, aplazamientos
cuánta soledad
sólo un canto, un aria
lenta

Qué pena
Haber perdido a los hijos, a los hombres
A los caballos
A las libélulas.

Hanni Ossott 

Poeta venezolana. Nació  el 14 de febrero de 1946. Hija de padres alemanes, se desempeñó como profesora de la Escuela de Letras de la U.C.V. Entre sus poemarios se encuentran: “Hasta que llegue el día y huyan las sombras”, “El reino donde la noche se abre”, “Plegarias y penumbras”, “Cielo, tu arco grande”, “Casa de agua y de sombras” y “El circo roto”. Fue esposa de Manuel Caballero. Galardonada con el Premio Nacional de Poesía José Antonio Ramos Sucre y el Premio Nacional de Poesía. Fallece el 31 de diciembre de 2002. Podrás encontrar otros poemas de ella publicados con anterioridad en este blog.

Una ventana delante y el mundo del otro lado. La memoria, la vida y el futuro son ahora ajenos a la emoción. No hay más que esperar un algo que traiga el poema, el dolor, la ira, el miedo, cualquier sentimiento que mueva el alma. Mientras tanto una pena se dibuja poco a poco, una añoranza habita la hoja y anida unos versos.

@LauraAlessR

372. Entra la luz

Poema #372.

Entra la luz.

 

Fuera de la ventana están los largos animales de

primavera,

el dragón transparente de la luz solar

pasa corriendo como un interminable

tren de suburbio (jamás llegamos a verle la cabeza).

 

Las casas de la costa caminan de costado

orgullosas como cangrejos.

El sol hace parpadear las estatuas.

 

El furioso mar de fuego en el espacio

se trastierra en caricia.

La cuenta invertida ha comenzado.

 

Tomas Tranströmer.

Este poeta, psicólogo y traductor sueco obtuvo el Premio Nobel de Literatura en el año 2011 porque -entre otras cosas- “a través de sus imágenes condensadas y translúcidas nos permite el acceso a la realidad”. Nació ochenta años antes, en el año 1931, en Estocolmo. Sus poemas, como podemos ver en varios que ya han sido publicados en el blog, se centran en lo cotidiano, en la realidad transformada por imágenes llamativas e impactantes.

Quisieramos creer que el tiempo es lineal, pienso, pero transcurre como quiere: a veces más lento o más rápido, en ocasiones como si fuese hacia atrás, o si se hubiese perdido. Algunas veces hasta parece detenerse, y vemos una postal que se mueve más allá de sí misma. En la postal, cíclica y enmarcada, suceden algunas cosas sin principio ni final. Asomémonos por la ventana a ver el mundo de otra manera.

@SaetasdeLuis

296. Escalera para incendios

Poema #296.

Escalera para incendios.

 

He perdido las esperanzas

de que usted comprenda ciertos crepúsculos

-humanos, me refiero-,

aprenda a sumar, y mucho menos que llegue

a las tablas de la multiplicación.

 

He perdido las esperanzas

de que se distraiga algo de la clase,

distinga el rostro de su vecino

o se deje olvidado el paraguas.

 

He perdido las esperanzas

de que olvide mi nombre,

conjugue algunos verbos irregulares

que están en toda regla

y no se fíe de pronósticos adversos

 

cuando parece haber buen tiempo.

 

Fina García Marruz.

Josefina García-Marruz Badía, poeta e investigadora cubana nacida en el año 1923. Ha recibido numerosas distinciones, entre las que destacan el Premio Nacional de Literatura de su país (1990), el Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2007) y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2011). Participó en el grupo Orígenes durante los años 1944-1956. Este poema pertenece a sus «Nociones elementales y algunas elegías», donde quiere valorar a la escuela básica o elemental, y volver a esos principios de gramática y asombro por el lenguaje, para así escribir sus textos poéticos.

Además, y por supuesto, de la (des)dicha de la esperanza, está la manera de respirar cuando la perdemos, el alivio. Uno tiene la esperanza, en ocasiones, de que el otro comprenda, aprenda a ver, se dé cuenta de las cuestiones más elementales. Cuando todo parece fallar, cuando sólo queda la escalera para incendios, uno se lamenta un poco por aquél que no quiso aprender. Y, en un último aliento, ennumera todo lo que no se ha aprendido, lo que no es -ni quiere ser- el otro. He perdido la esperanza de que usted se distraiga algo de la clase, de que no se fíe de pronósticos adversos, de que comprenda, sume y multiplique. Al salir, recuerde apagar la luz.

@SaetasdeLuis

139. Cara a cara

Poema #139

Cara a cara

En febrero lo vivo estaba inmóvil.

Los pájaros preferían no volar y el alma

roía en el paisaje como un barco

roza en el muelle al cual está amarrado.

Los árboles nos daban la espalda.

La altura de la nieve se medía con juncos.

Envejecían las huellas de pasos sobre el hielo.

Se derretía el lenguaje bajo un toldo.

 …

Un día algo llegó hasta la ventana.

Se detuvo el trabajo, yo levanté la vista.

Los colores ardían. Todo se dio vuelta.

El mundo y yo dimos un salto el uno hacia el otro.

Tomas Tranströmer

Poeta sueco nacido en Estocolmo, el 15 de abril de 1931. Es psicólogo, poeta y traductor. Su obra ha sido traducida en más de 50 lenguas. Entre sus poemarios podemos nombrar: El cielo a medio hacer (1962), La barrera de la verdad (1978), La plaza salvaje (1983), entre otros. Ha sido galardonado con numerosos premios, entre los cuales destaca el Premio Nobel de Literatura 2011. Se dice que su poesía toma como temas importantes la cotidianidad y lo natural. Ya publicados aquí dos poemas de él: “De marzo del ’79″ y “Garabatos de fuego”.

Poesía que entra por la ventana. Allá fuera de pronto brilla el mundo, entonces que entren los colores a casa y que se renueve el lenguaje. Hablar, ser, sentir al compás de la naturaleza. Materia cambiante que nos enseña cómo vivir el tiempo. Cambiar con ella, morir y renacer con ella.

Bien es cierto que hay tiempos en que pareciera detenerse el mundo, lo vivo queda inmóvil y el lenguaje se derrite, aún en esos momentos el sentimiento habla acompasado a la naturaleza, tiene algo que decir tanta quietud. Sin embargo, se deviene el cambio y uno de repente levanta la mirada, la pausa es ahora salto, “algo llegó hasta la ventana”.

@LauraAlessR